A 46 años de distancia, el Velódromo Agustín Melgar vive del recuerdo

30 de Septiembre de 2014
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México, 30 Sep. (Notimex).- A 46 años de haber abierto su pista para albergar los Juegos Olímpicos de México 68, el Velódromo Agustín Melgar guarda una serie de anécdotas e historias que han dado brillo al ciclismo mexicano y han convertido a esta pista en un recinto por el que han pasado grandes estrellas mundiales.

Este velódromo, conocido como la "Catedral de los Récords", se ubica en la delegación Iztacalco, en la capital mexicana, y este 30 de septiembre cumple 46 años de hechos sobresalientes que han ido construyendo historia.

Pero además de evocar sus destacados momentos, se trae a la memoria que de aquella época de brillo del ciclismo mundial y nacional que enmarcaron este velódromo, sólo queda eso, el recuerdo, ya que ha sido olvidado en ese orgullo de la arquitectura mexicana, del que no queda nada.

Enrique Romero, especialista en ciclismo, recordó que en 1968, el entonces Presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz, fue el encargado de inaugurar este inmueble, el cual fue construido para los Juegos Olímpicos de ese año y que además era considerado uno de los mejores del mundo.

"Era un velódromo considerado como uno de los mejores del mundo, su pista de 333.33 metros y de manera africana lo hicieron único en América Latina, lo que hizo que después vinieran grandes ciclistas a hacer campamentos a romper récords", narró.

Romero, quien ha dado cobertura a una veintena de Tours de Francia, contó que sobre el óvalo dejaron su sudor figuras de época como Eddie Merckx, Ole Ritter, Emilio Cochise Rodríguez y el mexicano Radamés Treviño, quien fue uno de los referentes del ciclismo nacional ante el mundo.

"Cuando se aproximaban los Juegos Olímpicos, el presidente Gustavo Díaz Ordaz decidió dar una gira por cada una de las instalaciones deportivas que albergarían la justa, fue una comitiva enorme y fue un gusto ver la manera en cómo quedó el velódromo. Era una magia verlo nuevo y limpio", recordó.

Mencionó que debido a la situación geográfica, los ciclistas extranjeros acudieron para imponer marcas mundiales y por eso fue considerado como la "Catedral de los Récords", al grado de tener registrados 30 marcas de este tipo hasta el año 2000.

"Fue una época de grandes hazañas de nuestro ciclismo y de México. En la actualidad se guardan tres placas, la de la inauguración, de los records impuesto y de la mexicana Carmen Alicia Muñiz, por su récord de la hora", rememoró, a sus 70 años de edad.

Romero, quien escribió para diversos diarios deportivos, señaló que luego de la justa olímpica del 68 el velódromo sufrió una remodelación, ya que la madera africana se echó a perder y se tuvo que cambiar por una de cemento con una inversión cercana a los 650 mil pesos.

Además, en 1997 albergó la competencia de ciclismo de pista dentro de la Olimpiada Nacional, en la que con el apoyo del ahora presidente del Comité Olímpico Mexicano (COM), Carlos Padilla Becerra, quien era director del deporte de la capital, se hizo otra inversión de unos 450 mil pesos.

"Pero también fue sede de la primera Copa del Mundo en 1999 que se hizo en México. Fue la última vez que el velódromo se vio repleto, las gradas llenas de gente que disfrutó de las estrellas del ciclismo", platicó.

Para cerrar el recorrido por los 46 años de la "catedral", Enrique Romero reconoció que ese velódromo, inerte en el mismo sitio, ya está acabado, descuidado y aunque se tiene una escuela de ciclismo, requiere de una fuerte inversión para recuperarlo.

Además fue sede de los Juegos Panamericanos de 1975 y del Campeonato Mundial Juvenil en 1980, en este último evento asistió Manuel Youshimatz, quien fue el único en obtener presea de bronce en esta justa, y luego en Los Ángeles 84 se convirtió en medallista olímpico.

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