“Manifonías” hace estallar risas de pequeños espectadores

31 de Agosto de 2014
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México, 31 Agosto 14 (Notimex).- A carcajadas, el público de la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque (CCB), disfrutó hoy del espectáculo teatral-musical “Manifonías”, en el marco de las actividades del Festival Iberoamericano de Teatro Infantil y Juvenil (FITIJ) 2014.

La obra, con dramaturgia de Sandra Antman, Mariano Cossa, Mario Luis Marino y Néstor Caniglia, y bajo la dirección de este último, ofrece una desopilante batalla entre el orden y el caos, en la que se combinan humor, música y ternura en un crescendo vertiginoso de locura y diversión que se resuelve de una forma mágica y sorprendente.

En escena, aparece “Modesto Vozenoff”, un afamado concertista que se dispone a deleitar a la audiencia con una serie de refinadas piezas musicales. Sin embargo, se ve forzado a interrumpir la función debido a un inexplicable sabotaje.

El atril se mueve sin control, su pañuelo desaparece y extraños personajes irrumpen en escena detrás de un objetivo misterioso; requieren con urgencia de la ayuda del músico para poder llevar a cabo un audaz proyecto, pero “Modesto” intentará completar la función cueste lo que cueste.

Teniendo como escenografía una manta en forma de balcón, un banco y un atril, el músico es recibido en aplausos y de inmediato se dispone a tocar su guitarra, cuando de repente sus partituras saltan hacia el piso.

Ya tocando su instrumento, de pronto como si fantasmas y demás espíritus se apoderaran de todo lo que lo rodea en escena, comienza toda una serie de hechos inexplicables.

Su atril, sube y baja, y sobre éste, aparece un pañuelo azul, el cual es atrapado por el músico, quien al tomarlo, éste se libera golpeándolo, lo que despertó las risas de chicos y grandes.

Una vez descubierto al “pequeño malandrín”, “Vozenoff” continua con su interpretación de diferentes piezas musicales, pero las bromas y demás travesuras siguen, en lo que parece ser una batalla sin fin.

Acompañado de títeres de varilla y música en vivo, el espectáculo por momentos centra su atención en otros personajes, los cuales despiertan las risas de los pequeños.

Al final, este grupo de “pillos” sacan un enorme barco de papel, el cual entregan al guitarrista, quien lo coloca en la parte superior de su pequeña escenografía, y como por arte de magia, comienza navegar, mientras el músico se dispone a tocar con éxito.

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