Cartel cinematográfico, herramienta poderosa del cine

31 de Agosto de 2014
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México, 31 Agosto 14 (Notimex).- Desde el inicio del cine, los carteles cinematográficos han estado presentes en la historia, como testimonio no sólo de los trabajos y personalidades que ahí figuraron sino de la transición de la visión del propio cine y como testimonio de una tradición y una cultura.

Diversas técnicas que van desde los dibujos, las caricaturas y las litografías, hasta las propias fotografías han estado a lo largo de la historia del cartel cinematográfico, pero todas con un mismo objetivo: dar promoción a la película.

Así lo comentó Alejandro Vázquez, director de Periodistas Cinematográficos de México A.C. (Pecime), institución que a lo largo de sus casi 70 años de existencia ha logrado conformar un gran archivo de estos materiales.

“La importancia del cartel es la de comunicar al cine con el pueblo, es un medio de promoción que en su momento llegó a ser muy eficaz y aún en la actualidad, sólo que ahora es diferente, pero el cartel en la historia del cine ha jugado un papel determinante en la promoción de las películas”, afirmó el directivo.

Vázquez recuerda que en cines legendarios como El Alarcón o El Máximo, se exhibían los carteles cinematográficos que invitaban al público a ver las películas, pues con estas imágenes se daba la primera visión de un trabajo, era la forma de atraer y conquistar al público para que pagara por entrar al cine.

“Antes se promocionaban mucho las películas con los carteles, era una forma de darlas a conocer, pasaba uno afuera de los cines y veía los carteles ahí pegados y te quedabas ahí viendo y decías ‘se ve que está buena la película’”, relató.

Y es que con caricaturas de Ernesto García Cabral o Miguel Covarrubias o con impresiones de Gráfica Morgado, se sellaron carteles de películas emblemáticas, convirtiéndolos en auténticos artículos de colección, lo que también se observa en fenómenos internacionales.

Tan sólo en 2012 fue subastado un lote de nueve carteles cinematográficos, entre ellos el de la cinta “Metrópolis”, de Fritz Lang, que alcanzó un valor de más de un millón de dólares, lo que muestra su calidad artística y el valor cultural que representa, pues incluso una de las copias forma parte del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

El glamour de algunas películas se veía reflejada en sus carteles, pero también la violencia, el romance y la aventura, sintetizando en una sola imagen, un concepto que se desarrolla en varios minutos y que es acompañado de música, acción y diálogos y que ahora en un cartel, nos muestra historia, pero también nostalgia.

Actualmente y desde hace tiempo, las distribuidoras son las encargadas de dar a conocer el cartel de una película, cuyo diseño se hace con artistas visuales, fotógrafos, imprentas y sobre todo diseñadores, como es el caso del taller de imagen gráfica Éramos Tantos.

“Cuando se habla de generar una imagen que trata de la propia historia y que transmite un mensaje o impacto como a primera vista en el asunto del afiche, eso muchas veces en realidad le da la identidad a la película y es un trabajo interesante”, explicó el diseñador de la empresa, Manuel Cañibe.

Cada diseñador tiene influencias diferentes, pero el gusto y el conocimiento, tiene que utilizarse en función de la idea que se quiera dar de la película, logrando que el director se abra a las propuestas para ofrecer una imagen de impacto y calidad.

“Tenemos que reconocer como que hay ciertas vertientes que nos gusta abordar, por ejemplo, una de las cuestiones que nos gusta es como el cartel cinematográfico de la época de oro del cine mexicano que tiene un estilo muy reconocible.

Se hacían con trabajo tipo a mano, ilustraciones, pincel de aire pero eso no puede ser una fuente de inspiración para cualquier chamba. No todos los directores están abiertos y a veces tienen ciertas ideas que no pueden ser transferibles al lenguaje de la gráfica, hay que ser muy sintético”, explicó el diseñador.

Y es que es claro que un cartel puede convertirse en una imagen icónica, como aquellas hechas por el diseñador estadunidense Saul Bass, quien generó carteles para Hitchcock o Coppola y que se han convertido en símbolos dentro del diseño actual.

“A lo largo de la historia del cartel hay momentos que nos parecen clave, Bass que era un diseñador que trabajaba para la industria hollywoodense y tenía un despacho en esa época donde se hacía el trabajo a mano y curiosamente estaba involucrado en el trabajo cinematográfico y es una referencia como autor.

Sus aportaciones técnicas incluso, en créditos y carteles, son piezas clave, son de películas de esa época cuyas imágenes se volvieron emblemáticas y con una imagen muy sencilla, tiene una obra muy basta y que trabajó para esa industria y creo que es una cuestión de lo que nos inquieta como estilo”, afirmó.

Pero en la actualidad, el reto está en “lograr que un cartel tenga un gran impacto y que se volvió un ícono y se vuelve un emblema que es reconocible por la gente y es algo que queda para la posteridad”, destaco Cañibe.

Ese reto se vuelve complejo con las nuevas tecnologías y la forma de promocionar las películas, por lo que el diseñador es enfático al hablar de la falta de profesionalización para este trabajo en particular.

“El panorama del diseño gráfico enfocado al cine está en desarrollo, pero el cine está requiriendo de este y de profesionales enfocados en el rollo de generar mercadotecnia para películas, creo que esto hace falta en México, no siempre hay chance y a veces las películas no tienen dinero”, explicó.

Es necesario tomar en cuenta que la imagen gráfica de una película es clave y que, hoy en día, con el crecimiento de la producción en México, es necesario un avance en el área de diseño para cine también.

“Normalmente lo que sucede es que se van dando cuenta que la gráfica está en todos lados y en el cine es algo que apoya desde el principio a los propios proyectos, aunque pienses que no van a dar los apoyos pero es darle identidad y en México está empezando a suceder esto, pero hace falta profesionalizar”, concluyó.

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