Han pasado 13 años sin Amalia Hernández, símbolo de mexicanidad

05 de Noviembre de 2013
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México, 5 Nov (Notimex).- Icono de la danza mexicana, coreógrafa, productora y bailarina Amalia Hernández es recordada hoy, que se cumplen 13 años de su fallecimiento, por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

Amalia, quien nació en la Ciudad de México el 19 de septiembre de 1917, descubrió su vocación de bailarina desde los ocho años para después convertirse en fundadora del Ballet Folclórico de México (BFM) en 1952.

Actualmente el BFM es la cumbre de la danza tradicional escénica en México, con un repertorio de más de 60 piezas que permanece conformado por obra de Amalia, señaló en un comunicado Conaculta.

Se ha convertido en la única compañía mexicana que ha logrado internacionalizarse y viajar a casi todos los países como embajadora oficial, tal como refiere el bailarín, coreógrafo, investigador y divulgador incansable del arte dancístico, Felipe Segura (1926-2004) en su obra "La obra de Amalia Hernández"

"Amalia Hernández logró marcar una de las tendencias más representativas de la danza mexicana en la segunda mitad del siglo XX", considera la investigadora Margarita Tortajada Quiroz en su ensayo "Amalia Hernández: audacia y fuerza creativa".

"Llegó a convertirse en un símbolo de ?mexicanidad? a través de su obra más importante: el Ballet Folklórico de México, conocido mundialmente y utilizado como imagen del país, dentro y fuera de éste" escribió Tortajada.

Amalia Hernández inició su formación con clases privadas; aprendió danza mexicana con Luis Felipe Obregón y Amado López; danza española con Encarnación López "La Argentinita" y ballet con la maestra francesa Nelsy Dambre y el ruso Hipólito Zybin.

En 1934 la joven bailarina ingresó a la Escuela Nacional de Danza que se encontraba bajo la dirección de Nellie Campobello, en donde fue alumna de Gloria Campobello, Ernesto Agüero y Dora Duby, entre otras figuras de la danza.

Cuando salió de la Escuela Nacional de Danza debido a conflictos con la directora, fue a la escuela Waldeen von Falkenstein, institución pionera de la danza moderna que había llegado a México en busca de bailarinas para conformar el Ballet de Bellas Artes.

Hernández fue una de seleccionada, sin embargo su familia no le permitió ingresar.

A pesar de contraer matrimonio lo cual la separó por un tiempo de la danza, en 1948 ingresó a la Academia de la Danza Mexicana (ADM), donde la bailarina colaboró en la fundación del Ballet Nacional de México, bajo la dirección de Guillermina Bravo.

Aunque los proyectos artísticos centrales de Hernández fueron su escuela y su compañía, contribuyó a la formación de muchos bailarines e incluso becó a algunos para que tomaran cursos en Nueva York, Estados Unidos.

La artista falleció a los 83 años, el 5 de noviembre del año 2000, no obstante dejó un trabajo caracterizado por expresar bailes populares de todas las épocas y regiones de México.

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