Ajedrez: juego-ciencia-deporte intelectual

02 de Abril de 2014
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México, 2 Abr. (Notimex).- Practicar el ajedrez, una notable herramienta pedagógica, permite elevar el coeficiente intelectual, mejorar las facultades espaciales y numéricas, facilitar la concentración y el pensamiento analítico e incrementar la capacidad lectora, además de promover la creatividad y los valores positivos.

Originario del Valle de Indo, India, y tan antiguo como la civilización, el ajedrez fue inventado por Susa Ben Dahir en el siglo VI D.C., con el propósito de entretener al rey, quien padecía de una enfermedad que lo consumía en pena.

Conocido originalmente como Chaturanga, que significa entre cuatro, el juego aludía a las cuatro armas del ejército indio: carros, caballos, infantería y elefantes. Mismos que al pasar a occidente, se convirtieron en torres, caballos, alfiles y peones, destaca el portal “todoajedrez.com”.

Gracias a las rutas comerciales, el ajedrez se difundió rápidamente hasta llegar a Persia, al Imperio Bizantino, extendiéndose posteriormente por todas las regiones del continente más extenso de la tierra: Asia.

De esta forma, los árabes estudiaron profundamente el juego, analizaron los movimientos, escribieron diversos tratados sobre el mismo y desarrollaron el sistema de notación algebraica.

Más tarde, entre los años 700 y 900 d.C., el ajedrez llegó a Europa, a través de la conquista de España por el Islam. Aunque se dice que también lo practicaban los vikingos y los Cruzados que regresaban de Tierra Santa, según señala el sitio “users.dcc.uchile.cl”.

En la costa sur de Bretaña se encontró un juego de ajedrez, y en la región de los Visigodos se hallaron piezas del siglo X, de origen escandinavo, que respondían al modelo árabe tradicional, y que probaban su antigua práctica.

Durante la Edad Media (siglo V-XV), España e Italia eran los países que más lo usaban. Jugaban de acuerdo a las reglas árabes, según las cuales la reina y el alfil eran piezas débiles que sólo podían avanzar de casilla en casilla.

En los siglos XVI y XVII, el ajedrez experimentó un importante cambio: la reina se convirtió en la pieza más poderosa del tablero. Fue entonces cuando se permitió que los peones avanzaran dos casillas en su primer movimiento.

Asimismo, se introdujo la regla conocida como “al paso”, que permitía detener al peón y no comer la pieza que se había ofrecido por una determinada estrategia, según da cuenta de su historia el sitio “ajedrezrefacil.blogspot.mx”.

El ajedrez moderno responde al modelo conocido como “Staunton”, diseñado en Gran Bretaña en el siglo XIX, por el maestro Howard Staunton (1810-1874).

Las reglas con las que se practica el juego en la actualidad tienen una antigüedad aproximada de 150 años, siendo el reglamento aprobado por la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), cuya entidad en varias ocasiones lo ha modificado o actualizado, hasta llegar a la versión que hoy se conoce.

Este deporte-ciencia-juego de ingenio aún simboliza la guerra, y ha adquirido gran popularidad, se juega entre dos oponentes, quienes deben mostrar rapidez intelectual.

En la historia moderna del ajedrez han habido campeones mundiales de leyenda, quienes han disputado confrontaciones que han dejado huella, como Wilhelm Steinitz, quien se proclamó él mismo en 1866, para posteriormente defender su título sin ser abatido.

Otros monarcas memorables han sido Emanuel Lasker, Alexander Alekhine, José Raúl Capablanca (Cuba), Mijaíl Botvínnik, Bobby Fischer primer estadounidense en lograrlo en medio del dominio soviético, Anatoly Kárpov y Garry Kásparov, en las décadas de los años 80 y 90 del siglo pasado.

Garry Kásparov, quien consiguió ser el campeón de ajedrez más joven del mundo en la historia, en 1985, saltó a la fama en 1979, en el torneo de Bania Luka en Yugoslavia, donde ganó su primer premio por delante de 12 grandes maestros, superando la norma de Gran Maestro Internacional con 2.5 puntos.

En 1982 obtuvo su primera victoria a nivel superclase internacional en Bugojno, Bosnia y Herzegovina, y consiguió una plaza en el Torneo Interzonal de Moscú, Rusia, destaca el portal “ecured.cu”.

Un año más tarde logró una nueva gran victoria tras vencer, con un gran juego, en cuartos de final a Alexander Beliavsky, en semifinales a Viktor Korchnoi y en la final al ex campeón del mundo Vasily Smisloy.

Tras este hecho, Kásparov obtuvo el derecho a disputar el título contra el entonces campeón del mundo, Anatoly Karpov. Dichas batallas fueron las más “cruentas guerras” de la historia del ajedrez, por lo que la rivalidad entre ambos atrajo a muchos nuevos aficionados al deporte intelectual.

El “match” tuvo un final polémico. Karpov empezó bien y después de más de una decena de partidas Kásparov estaba por debajo cinco a cero, aunque después, cuando Karpov mostraba síntomas de cansancio, logró acercarse a cinco contra tres.

La salud del campeón se debilitó más y tuvo que ser internado, por lo que el presidente del FIDE, Florencio Campomanes, decidió detener la partida, y los contrincantes se vieron la cara un año después, según narra la página electrónica de la BBC.

Fue así que al año siguiente, en 1985, Kásparov y Karpov se enfrentaron de nuevo, para terminar la partida con un resultado de 13 a 11 a favor del llamado genio de Baku (Azerbaijan): Garry Kásparov.

Tiempo después, el campeón del mundo más joven mantuvo sus desavenencias con la FIDE, por lo que en los años 90 del siglo XX decidió formar una asociación alternativa, la Asociación Profesional de Ajedrez (PCA por sus siglas en inglés), que apenas viviría un par de años.

Años después, el campeón mundial se enfrentó a la computadora “Deep Blue”, campeona de programas del mundo, en Philadelphia, en un duelo llamado “Mente contra materia”.

La batalla constó de sólo dos partidas, en la primera, Kásparov venció a Deep Blue por 4-2, mostrando su supremacía, a pesar de que la máquina había ganado al principio.

Más tarde, la compañía International Business Machines (IBM), solicitó al jugador la posibilidad de tener una revancha, misma que Kásparov aceptó.

Al año siguiente, en Nueva York, la batalla entre la nueva “Deep Blue II” y Garry Kásparov se llevó a cabo. Tecnológicamente, la computadora tenía una mejor preparación teórica, misma que le dio el triunfo a la máquina y revolucionó al mundo, tras ver perder a uno de los mejores jugadores de ajedrez contra su rival material.

En la actualidad, el ajedrez continúa siendo, para algunos, un deporte intelectual, pero violento que trata de destruir el ego de los contrincantes.

El juego actúa en unos niveles de memoria, concentración, atención, capacidad de razonamiento, paciencia, perseverancia, llevando a los jugadores a un nivel de lucha y espíritu reflexivo que permite despertar y alimentar todos los niveles humanos.

Desde 2007, el hindú Viswanathan Anand es el campeón mundial de esta disciplina. Célebre por la velocidad de su juego, se ha convertido en el dominante internacional de las batallas intelectuales.

A pesar de haber logrado más de siete notable logros, Anand no ha despertado en los aficionados el mismo interés e intriga, cualidades que el maestro Kásparov logró atribuirle al juego.

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