Ballet de Monterrey trae “Giselle” al Auditorio Nacional

11 de Abril de 2014
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México, 11 Abr. (Notimex).- Bajo la dirección artística de Luis Serrano, el Ballet de Monterrey escenificó “Giselle” en el Auditorio Nacional, en compañía de la Orquesta Sinfónica de las Américas, dirigida por Iván López Reynoso.

A través de las actuaciones de los primeros bailarines Katia Carranza y Jonhal Fernández, los espectadores disfrutaron del romanticismo de “Giselle”, un ballet clásico estrenado por la Ópera de París en 1841.

Además Carranza y Fernández, en la pieza coreográfica participaron Claudia Kistler, Olivia Quintana, Adrián Marrero y Ernesto Mejica, dando vida a una de las más puras joyas del ballet romántico.

En pareja, solos y en grupo, los bailarines ejecutaban de una manera excelsa cada cuadro coreográfico, siendo premiados con sonadas ovaciones.

La obra aborda la vida de Giselle, una joven e inocente campesina que está enamorada de Albrecht, a quien supone un aldeano, pero en realidad es un joven noble que se ha disfrazado de campesino para obtener su amor.

Hilarión, el guardabosque, también ama a Giselle, pero ella lo rechaza confesándole que su amor le pertenece a Albrecht, por lo que jura tomar venganza.

Durante la fiesta de la vendimia, Giselle baila a pesar de las recomendaciones de su madre que teme por su delicada salud. En ese momento, llega la corte del Duque de Courland con su hija Bathilde, prometida oficial de Albrecht, quien atraída por la inocencia y belleza de Giselle, le obsequia un hermoso collar.

Giselle es coronada por sus amigos como reina de la vendimia. Mientras tanto, Hilarión, sediento de venganza, descubre la espada de Albrecht escondida en una choza, dándose cuenta de que no es un campesino, y aprovechando la presencia del Duque y de su hija, lo desenmascara ante todos.

Giselle pierde completamente la razón y, en su agonía, busca alivio en una danza trágica, durante la cual intenta herirse con la espada de Albrecht. Su corazón no puede resistir el dolor que la invade y cae muerta ante la consternación de los presentes.

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