Invita Carlos Martínez Assad a reconocer la Ciudad de México

16 de Abril de 2014
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México, 16 Abr. (Notimex).- La Semana Santa siempre deja espacio para conocer la Ciudad de México, cuyas calles, temporalmente semivacías por el asueto, son una invitación a quienes no tienen oportunidad de salir, para descubrir puntos de interés que pueden pasar inadvertidos en medio de la cotidianidad.

Una opción para asumir ese reto puede ser contrastar algún paseo por esta capital con el libro “La Ciudad de México que el cine nos dejó”, donde Carlos Martínez Assad invita a sus lectores a descubrir los cambios que con el tiempo ha tenido esta gran urbe, al tiempo que hace un recorrido por emblemáticas cintas del cine nacional.

Y es que a través de imágenes del cine mexicano, el escritor y sociólogo reconstruye la capital del país en diversos momentos de su historia, a la par que rinde un homenaje al Séptimo arte nacional.

Este estudio, que parte del cine de ficción, además de descubrir los cambios que ha tenido esta gran urbe, al mostrar edificaciones olvidadas o que fueron destruidas, da cuenta de aquellos espacios que todavía son parte del paisaje habitual.

Entrevistado por Notimex, el también miembro del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló que este libro abarca desde los primeros filmes de ficción realizados aquí, hasta los de principios del siglo XXI.

Destaca la película “Santa”, de 1916, la cual recrea la obra de Federico Gamboa y de la que no se han salvado más que unas cuantas tomas”, apuntó.

Otro de los trabajos abordados es “El automóvil Gris”, el cual marca el inicio del cine de ficción en la capital del país y en el que se aprecian zonas como la Santa María la Ribera, la colonia Roma y el Centro Histórico, “nos va dando cuenta de cómo se va empleando la ciudad para contar diferentes historias”.

Mientras que la segunda versión de “Santa”, de 1931, apuntó el investigador, es un claro ejemplo de la trasformación de esta gran urbe, pues se desarrolla en la colonia Condesa, que se encontraba recientemente inaugurada y cuyas casas contaban con un diseño vanguardista.

“De esa manera se desarrolla todo el libro; pasando por diversas películas que tomaron a la Ciudad de México como escenario”, dijo.

El lector en este material puede transportarse al pasado y conocer lugares que dejaron de existir.

“Por ejemplo en la ´Palma de tu mano´, de Roberto Gavaldón, tiene un gran interés ver como toda la historia se desarrolla en la avenida Juárez, se aprecia el Hotel del Prado, el cual se derrumbó en el temblor de 1985, e incluso aparece una calle que existía junto a la iglesia Corpus Cristi, hoy Archivo de Notarías”, mencionó.

El libro, que rescata diversas imágenes actualmente inexistentes, también escudriña el cine urbano mexicano, que paradójicamente se desarrolló más en el apogeo de los Estudios Churubusco, “tal es el caso de las películas de ficheras, que en su mayoría fueron filmadas en estos estudios”, dijo.

Mientras que el cine urbano de finales de la década de los 80 y principios del siglo XXI se interesó por tomar las calles y mostrar lo qué pasa en los escenarios reales, “esto se relaciona con el éxito de películas como ‘Amores Perros’, o algunas otras que en las que claramente se ven los lugares donde se filmaron”.

Con esta obra Assad no sólo se lanza al rescate de la memoria histórica, además invita al lector a estar atento a los cambios que han llegado con el paso del tiempo, “es importante poner atención en lo que se está destruyendo y evitarlo en la manera posible”.

Asimismo, rinde un homenaje al cine mexicano, pues el libro cuenta con grandes imágenes desplegables, que recuerdan lo que fueron las pantallas de los primeros cines, e inicia con información sobre varias salas que han desaparecido.

El sociólogo destacó que “La ciudad de México que el cine nos dejó” es un material que permite el aprendizaje y que insiste en la importancia de la filmación en locaciones, pues a lo largo de sus páginas demuestra que resulta más interesante para el público ver en la pantalla lugares que le sean identificables o conocidos.

La creación de este libro, confesó, implicó una gran dedicación y tiempo, no obstante éste fue placentero, pues analizar películas es una actividad que disfruta “si tengo que ver tres veces una película de Dolores del Río me resulta algo muy estimulante”.

Finalmente, Carlos Martínez Assad extendió una invitación al lector a conocer esta obra de la editorial Océano, “creo que lo van gozar mucho si lo leen”.

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