Los ensayos teatrales, práctica común que no se paga en México

19 de Abril de 2014
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México, 19 Abr. (Notimex).- Según la complejidad del montaje, los ensayos en México tienen una duración de entre seis semanas y cinco meses, pero ese tiempo y esfuerzo invertidos no beneficia de manera económica al actor que participa en alguna de esas futuras producciones.




Hay excepciones si es teatro musical de gran formato, remitido de Broadway, pero su pago dependerá del acuerdo al que el actor llegue con la compañía que contrata sus servicios.

PRÁCTICA COMÚN QUE NO SE PAGA EN MÉXICO."Es común que los ensayos no se paguen en México. La práctica ha estado vigente desde siempre y como actor tienes que ceder a las condiciones porque el proyecto te interesa, porque deseas subirte al barco y por amor al teatro, para mantenerlo vivo", declaró Natalia Sosa, protagonista de "Cats" y "Shrek, el musical", entre otras.

De acuerdo con el productor Pedro Ortiz de Pinedo, "no hay manera de pagarle a un actor el tiempo de ensayos, porque saldríamos con números completamente rojos comparando las entradas en taquilla.

"El talento lo sabe y lo acepta, porque no existe otra opción, y no es que sea una tradición, sino una necesidad si lo que quieres es apostar por hacer teatro", aseguró el productor de "Doce hombres en pugna" y "Las obras completas de William Shakespeare (abreviadas)".

Germán Gastélum, presidente de la Compañía de Teatro México (Cotemex), señaló que los ensayos no remunerados "son parte de la propia inversión que el actor hace para trabajar", y lo mismo opinó Morris Gilbert, director de la División Teatro de Ocesa.

"Si ensayas 30 veces y logras una temporada de dos años, te conviene. Finalmente es una inversión y de algún modo, todos estamos invirtiendo en el proyecto del que esperamos cobrar mucho una vez que el telón de levante", sostuvo el productor.

Solucionar el problema no es cuestión de voluntad, dijo, sino de una realidad económica.

"Si pagáramos los ensayos en las obras de cámara, necesariamente hay que aumentar los precios del boleto, porque, ¿de dónde va a salir ese dinero?, y lo último que queremos es encarecer los costos, porque entonces, la gente menos va a ir al teatro", reflexionó.

En el Teatro de los Insurgentes dependen 60 familias de una obra, como "El curioso incidente del perro a medianoche", y hasta 100 familias con musicales como "La novicia rebelde", "Víctor, Victoria" y "Una Eva y dos patanes".

"Los taxistas son felices cuando el teatro está lleno, así como los que operan los restaurantes de alrededor y los señores que imprimen los programas de mano.

"El teatro es una fuente importante de empleo, pero para el Gobierno del Distrito Federal y la Secretaría de Turismo local, somos un poco invisibles, a diferencia de lo que ocurre en ciudades como Nueva York o Colombia, pues cuando te bajas del avión, lo primero que ves es promoción para el teatro", opinó Claudio Carrera, productor de "El curioso incidente del perro a medianoche".

Si las autoridades apoyaran al teatro con promoción, consideró Ortiz de Pinedo, las condiciones laborales y económicas de todo el gremio mejorarían demasiado.

"Si fuéramos un teatro subvencionado, quizá podríamos darle una iguala mensual al elenco y sería más cómodo, pero como no lo somos, tenemos que invertir en altos costos de publicidad y nadie nos ayuda a pagarla. Aunado a esto, hay que competir contra el cine y un montón de entretenimiento en casa para que la gente salga a ver una función".

Para compensar la ausencia de pagos en los ensayos, indicó el productor Sergio Gabriel, "se realizan convenios con el actor, ya sea otorgarle un porcentaje de la taquilla, pagarle un sueldo fijo, se llene o no la sala, o aumentar su pago si la temporada se alarga".

Ensayos teatrales. "Cada quien lo maneja de manera distinta, acotó la actriz Cecilia Suárez. Hay quienes prefieren llevarse un porcentaje de la taquilla, otros optan por un reajuste de sueldo y otros no alegan, sólo se adaptan a las circunstancias y a la crisis del teatro".

En Ocesa Teatro, los ensayos para obras de cámara son de lunes a viernes, de cuatro a cinco horas máximo, pero cuando se acerca la fecha de estreno, se incrementan a sábado y domingo.

"El tiempo se aprovecha y los actores saben que no les hacemos perder ni un segundo, pues cuando llegan ya está listo el espacio para iniciar. Por ejemplo, para lograr la comedia "Una semana... ¡nada más!", requerimos de 30 ensayos, un equivalente a seis semanas.

"En la mayoría de las compañías para ese número de ensayos, van en la página 10 del libreto y nosotros vamos más rápido porque, si no le estamos pagando al actor, por lo menos le damos oportunidad de que haga otras cosas personales durante el día", resaltó Morris Gilbert (Wicked; Mentiras, el musical).

El periodo de preparación de una pieza teatral, añadió Sergio Gabriel, dependerá de la dificultad del texto, la escenografía, los acuerdos con el elenco y el director, a quien le toma tiempo analizar y concretar las posturas, tics, formas de hablar, acciones y reacciones del actor.

Dicha figura, así como el staff de producción, técnicos y personal de limpieza, sí obtienen un salario por cada jornada de trabajo.

"’Made in México’ se realizó en cinco semanas, mientras que ‘Filomena Marturano’ nos tomó 10; para ‘Extraños en un tren’ nos llevamos casi 12 semanas, y así, en esto no hay un tiempo establecido, es como según se te vayan dando las cosas", apuntó el productor.

En las obras musicales es diferente, aseguró Morris Gilbert, y en ellas sí se pagan los ensayos por una sencilla razón:

"El musical exige el ciento por ciento de los actores. Trabajamos hasta ocho horas al día y ninguno puede comprometerse con otra actividad. El sueldo que les pagamos es una proporción de su sueldo base y es bastante generosa para que el actor subsista durante toda la temporada de ensayos".

PRÁCTICA COMÚN QUE NO SE PAGA EN MÉXICOA Natalia Sosa le parece acertada esta medida, pues la actriz tiene amplia y reconocida trayectoria en ese terreno; sin embargo, también exhortó a ponerse en el lugar de los actores de obras de cámara.

"Porque algunos viajan en camión o en Metrobús para llegar al ensayo, porque también necesitan pagar la renta de su casa y llenar el refrigerador, sería justo que también ganen", subrayó.

"Los actores estamos muy desprotegidos en este país y es general, no sólo en el teatro. Necesitamos un sindicato más fuerte, consciente y comprometido para proteger a los trabajadores del entretenimiento", denunció Cecilia Suárez, al asegurar que ante este tipo de situaciones, la Asociación Nacional de Actores (ANDA) no reacciona.

"La ANDA no dice absolutamente nada, y seguramente se van a molestar, pero deberían tomar cartas en el asunto. Urge una reestructura general por muchas razones", indicó la actriz de obras como "Love song", "Otelo" y "El curioso incidente del perro a medianoche".

Natalia Sosa apoyó la moción, al considerar que, "la ANDA sólo se preocupa por recibir su cotización cuando la obra está dando funciones.

"Ojalá existiera un sindicato que de verdad nos apoyara a todos los artistas. Hasta el día de hoy, no he sabido que la ANDA te proteja para ganar bien, siempre es una negociación muy personal que el actor tiene con el productor", señaló.

El actor y director Germán Gastélum, que por casi 10 años fue presidente de la Comisión Juvenil de la ANDA, destacó que, "no se puede levantar un telón si no garantizas que tus actores estén protegidos.

"No es obligación estar en el sindicato, pero protegerlos sí y aquí los actores seguimos siendo trabajadores de segunda, no hay Seguro Social, no hay Infonavit, no hay Fovissste, es doloroso", sentenció.

Ante estas circunstancias, Felipe Nájera, secretario de Trabajo y Conflictos de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), dijo que durante su gestión analizará el tema en la Ley Federal del Trabajo.

"Finalmente estás haciendo un trabajo, aunque sea previo al estreno, lo malo es que siempre nos regimos por un uso de costumbre, pero las cosas deben cambiar en beneficio de ambas partes: productores y actores.

"Analizaré este planteamiento, que me parece muy interesante y buscaremos que las condiciones mejoren, yo llegué aquí para trabajar en pro de mis compañeros", sostuvo el actor.

Otro problema al que se enfrenta el actor cuando ensaya sin una remuneración económica son los accidentes en escena. Si cotiza con la ANDA, debe buscar apoyo del sindicato y si no, se mantiene a la espera de la respuesta que le de el productor.

"En un teatro como el Insurgentes te cubren todo, porque es gente muy decente que tiene estructuras para superar cualquier siniestro, pero sé de actores que han estado en otros teatros, que se han caído de un andamio y han tenido que cubrir sus gastos médicos ellos solos, lo cual me parece aberrante y prehistórico", comentó Suárez.

Durante los ensayos no existe un contrato firmado por la temporada que dure la obra.

"De modo que si ocurre un incidente, los gastos corren por mi cuenta, pues el contrato es moral", subrayó Sergio Gabriel.

"Para todas las obras tenemos un seguro contra accidentes. Cualquier cosa que llegara a pasarle a algún actor en alguna función o ensayo está cubierto en su totalidad y él lo sabe; sin embargo, nuestra incidencia de accidentes es mínima porque las producciones están muy cuidadas", concluyó Morris Gilbert.

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