Javier Camarena celebra 10 años de emociones inimaginables

01 de Junio de 2014
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México, 1 Jun. (Notimex).- Javier Camarena (Xalapa, 1976), reconocido en el mundo como “el tenor de las óperas imposibles”, resumió sus primeros 10 años de trabajo como un cúmulo inimaginable de trabajo y esfuerzo, satisfacciones y felicidad. “Las vivencias en este lapso fueron ricas en emociones y sentimientos”.

Bien celebrado en las más importantes capitales de la ópera alrededor del mundo, como Viena, París, Salzburgo, Nueva York y Zúrich, echó una mirada al pasado: “Vengo de una familia sin cultura musical. En casa, de niño oíamos ‘música para la gente normal’, de todos los géneros populares, pero música clásica, muy poca”.

No tuvo la visión de ser cantante profesional sino hasta que fue mayor. “Descubrí la vocación cuando, ya bien adelantado en mis estudios de música y canto, tuve la oportunidad de asistir a un recital de ópera de un taller italiano”. Javier recuerda: “Quedé enamorado del género (…) y decidí convertirme en un cantante de ópera”.

En entrevista con Notimex desde Salzburgo, el tenor subrayó que siempre ha estado con los pies en la tierra para poder tomar las decisiones de acuerdo con las cosas que va aprendiendo. “Y conforme me fui desarrollando en mi técnica vocal y ampliando el repertorio de la música, vi que la ópera es algo muy comprometido”, apuntó.

Camarena inició sus estudios vocales en la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana, con la maestra Cecilia Perfecto, y se graduó con todos los honores en la Escuela de Música de la Universidad de Guanajuato, donde estudió con Hugo Barreiro, Eugenia Sutti y Edith Contreras, profesores de envidiable reputación.

Ahora, antes de cantar, de saltar al escenario sobre todo si es internacional, a su mente acuden muchas y muy diversas imágenes y palabras. “Primero viene a mi mente mi familia, mi esposa e hijos; es una bendición cantar a la gente sabiendo que ellos son y serán siempre mi motor, razón de ser y hacer”.

El joven cantante se encomiendo a Dios para que todo salga bien en el escenario, dentro o fuera del país. “Lo que a mí me corresponde es trabajar, responder en los ensayos, prepararme muy bien y no dejar nada a la suerte. Saberme protegido y bendecido, estar cierto de que no estaré solo en el escenario, es algo único”, dice.

A los jóvenes que piensan embarcarse en la aventura del canto les manda decir que la decisión de salir adelante, de marcar la diferencia y de triunfar, está en uno mismo.

“Habrá pruebas, algunas muy difíciles y otras más, retos a vencer y nadar contra corriente, pero cada quien debe tener claro qué desea hacer en esta vida”, expuso.

Tras señalar que “al final valdrá la pena cualquier esfuerzo, porque las luchas que cuestan más trabajo ganar son las que más satisfacciones nos dejan”, miró hacia atrás. “El primer triunfo que viene a mí al evaluar estos 10 años es haber ganado el concurso ‘Carlo Morelli’ en 2004, que me llevó a debutar en Bellas Artes ese año”.

Debutó en el máximo foro cultural del país, en noviembre de 2004, con “La hija del regimiento”, de Gaetano Donizetti. “Esas fueron mis primeras oportunidades que me llevaron a un escenario para cantar ópera”. Ese es un recuerdo siempre presente, por lo que significó y por haber debutado profesionalmente ahí.

Sin creer en los obstáculos, “sino en las pruebas, porque el obstáculo existe para no dejarnos avanzar, mientras que las pruebas son para que las superemos”, dijo que a lo largo de su carrera la experiencia más complicada descansa en el tiempo que debe estar lejos de su familia, pues por viajar tanto se ausenta mucho de casa.

“Estar tanto tiempo lejos de mis hijos y mi esposa es lo que más me ha pesado en este tiempo. Afortunadamente, tengo una familia que está conmigo, me apoya y hace su parte. Va de la mano conmigo haciendo lo que le corresponde para que yo siga adelante”, dijo Javier en Salzburgo para que lo oyeran acá en México.

El cantante se visualiza hoy 10 años en el futuro. “Me veo continuando con esta carrera que me llena tanto; me observo pleno y feliz; en muchos escenarios. Con una agenda que me permita pasar más tiempo con mi familia (…) hay muchas cosas todavía por hacer y repertorio que abarcar. Espero que la vida me conceda eso”.

En un mundo ideal, si repentinamente se apareciera ante él un mago fabuloso que le concediera un deseo, el cantante le pediría sabiduría y fortaleza para enfrentar la vida, para tomar siempre las mejores decisiones y tener la menor cantidad de errores. Para eso, también fortaleza, para poder ejercer sus dos deseos fantásticos.

“No pido que se me dé todo fácil, sino a través de una lucha honesta por las metas que tengo”, reflexionó para, luego, informar que para celebrar dos quinquenios de trabajo constante, alista dos conciertos, a los cuales invita a amigos y seguidores: El primero será el 4 de julio en su natal Xalapa. “Será un gran concierto”, prometió.

Se llamará “Gala de Aniversario. Celebrando 10 años de carrera”, estará acompañado por la Orquesta Sinfónica de Xalapa y el Coro de la Universidad Veracruzana, y será un concierto a beneficio de la fundación Atheca, que ayuda a personas con cáncer. Tendrá lugar en la Sala Tlaqná, bajo la dirección Lanfranco Marcelletti.

En una segunda “Gala de Aniversario”, lo acompañarán Rebeca Olvera (soprano) y Josué Cerón (barítono). Será el 7 de septiembre en el Palacio de Bellas Artes y le emociona compartir el escenario con Rebeca, su gran amiga, de quien cree es uno de los grandes ángeles que ha tenido la oportunidad de conocer en esta vida.

Por otro lado, con una sonrisa a pesar de todo, adelantó que para “El Javi”, el hijo y hermano, el padre y esposo que también es él, celebrar con sus seres amados va a ser algo complicado, porque siempre anda trabajando. “Tal vez será hasta 2015 cuando celebre con mi familia, de manera mucho más personal e íntima”, espera.

Sin embargo, añadió en seguida, hay muchas cosas para festejar, como la exitosa salida al mercado, a finales del año pasado, de “Recitales”, su disco debut donde incluyó una selección de temas grabados en vivo en el Palacio de Bellas Artes y en el Teatro Juárez de Guanajuato, durante un Festival Cervantino.

En retrospectiva, ha obtenido reconocimientos como el de la Crítica del Gran Teatre Liceu de Barcelona (Revelación del año 2012 -2013); la Revista Quién lo citó entre los 50 personajes que transforman a México (2013), y la Revista Líderes Mexicanos lo proclamó entre los 300 líderes de 2013, honores de alto prestigio.

Además, la Revista Esquire Latinoamérica lo llamó Personaje del Año, Categoría Música, y obtuvo el premio “Juan Oncinas” del Concurso de Canto “Francisco Viñas” de Barcelona, España, y fue el ganador indiscutible de la primera edición del Concurso de Canto “Carlo Morelli”, celebrado en este país en el año 2004.

En 2006 fue aceptado en el Opernstudio de la Opernhaus de Zürich, Suiza, donde recibió asesoría del legendario tenor Francisco Araiza, su maestro hasta la fecha.

Tras su debut nacional en el Palacio de Bellas Artes cantando Tonio en “La hija del regimiento”, ahí cantó a Belmonte en “El rapto en el serrallo”, de Wolfgang Amadeus Mozart.

En abril de 2007, Javier Camarena fue contratado como solista del Opernhaus de Zurich (Suiza), donde debutó cantando a Lindoro en la nueva producción de “La italiana en Argelia”, de Gioachino Rossini. Después de eso, su carrera en Europa se consolidó al recibir invitaciones de las más respetadas orquestas e instituciones del ramo.

Como ejemplo de lo anterior se puede citar al Staatsoper de Viena, la Semperoper de Dresden, la Deutsche Oper am Rhein de Düsseldorf, la famosa Oper Köln, la Staatsoper Unter den Linden en Berlín, la Ópera de Bruselas, el Teatro Liceo de Barcelona, la Ópera de Paris y la Metropolitan Opera House de Nueva York.

Además, está satisfecho por haber compartido escenario, entre otros, con Cecilia Bartoli, Natalie Dessay, Diana Damrau, Elina Garanca, Anna Bonitatibus, Barbara Frittoli, Silvia Tro Santafé, Vesselina Kasarova, Leo Nucci, Erwin Schrott, Ruggero Raimondi, Carlos Chausson, Samuel Ramey, John del Carlo, Michele Pertusi, Simone Alaimo y Carlos Álvarez.

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