México, 22 Ago. (Notimex).- “El fin del poder. Cómo el poder ya no es lo que era”, de Moisés Naím, hace ver que el poder está cambiando de manos: De los grandes ejércitos disciplinados a las caóticas bandas de insurgentes; de gigantescas corporaciones a ágiles emprendedores; de los palacios presidenciales a las plazas públicas.
Pero, añade, también está cambiando en sí mismo, pues cada vez es más difícil de ejercer y más fácil de perder. El resultado, como dice el analista internacional, es que los líderes actuales tienen menos poder que sus antecesores, y el potencial para que ocurran cambios repentinos y radicales es, en la actualidad, mayor que nunca antes.
Naím describe la lucha entre los actores antes dominantes y los nuevos micropoderes que ahora les desafían en todos los ámbitos de la actividad humana. La energía iconoclasta de los micropoderes puede derrocar dictadores, acabar con los monopolios y abrir nuevas e increíbles oportunidades, pero también puede conducir al caos y la parálisis.
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“El evangelio social del obispo Raúl Vera”, de Bernardo Barranco Villafán, refiere que el obispo Raúl Vera es el pastor de los derechos humanos, cuyo nombre empezó a resonar al lado del obispo Samuel Ruiz en la diócesis de San Cristóbal de las Casas. A partir de eso ha desarrollado un apostolado de denuncias a las que canaliza legalmente.
Al mismo tiempo es un personaje reconocido en la vida social de México y en el ámbito internacional, de tal modo que en octubre de 2013 su nombre estuvo en la terna finalista del Premio Nobel de la Paz. Así, es una suerte de luminoso libro de conversaciones con Bernardo Barranco, uno de los grandes expertos mexicanos en religión.
El obispo de los pobres habla sobre su vida, las causas sociales que ha asumido y la crisis que enfrenta la Iglesia. Don Raúl expone los hechos como han ido ocurriendo y, de esa forma, su interlocutor recibe respuestas lúcidas, precisas y comprometidas, en las que se fija con toda claridad una posición a favor de los ciudadanos más vulnerables.
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“Kustos”, Libro 1: “La Puerta Secreta” de Alberto Chimal & Micro. “Horacio Kustos” es un viajero que llega tarde a la historia de la exploración. De haber nacido en el siglo XVI, en el XVIII, incluso a principios del XX, hubiera tenido la oportunidad de llegar a alguno de los grandes territorios que estaban por descubrirse y colocarse en los mapas.
Habría sido Cristóbal Colón, Vasco de Gama o algún otro de los que pasaron a la historia por su valor, audacia y lo extraño, maravilloso y nuevo, de los lugares que descubrieron. ¿Pero ahora, en el siglo XXI, que todo el mundo está cartografiado, que se puede ver por Internet imágenes “de todas partes”? ¿Ahora, que nadie se maravilla de nada?
Lo que le queda a un espíritu curioso como el suyo, es, como él mismo dice, no rendirse: Si encontrar nuevas tierras y pueblos ya no está en el territorio de lo posible, habrá que buscarlo en el de lo imposible. Tal vez en el camino sí haya quien se entere y se asombre, de acuerdo con esta historia inscrita en la literatura fantástica.
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“1874”, compuesto magistralmente por una texto de Bernardo Fernández “Bef”, uno de los máximos exponentes de la literatura fantástica en la actualidad, y las ilustraciones de “Yorko”, maestro de la tinta, el lápiz y otras herramientas para crear imágenes. Esta es la excéntrica historia retro-futurista de “Bef”, ganadora del Premio Grijalbo 2011.
La historia ha sido aquí adaptada a un género con el cual los lectores identifican perfecta e inmediatamente al propio escritor mexicano Bernardo Fernández, es decir el género llamado, y cada vez más aceptado a nivel latinoamericano por autores y público, “Narrativa Gráfica. Sólo que no es el propio autor quien ilustra su novela.
Es nada menos que Jorge Muñoz, “Yorko”, quien le da vida a esta increíble “ciudad mecánica llena de estructuras interconectadas”, a sus habitantes y al “Sr. Inspector”, quien tras investigar el primer asesinato desde que fuesen creados, el de uno de sus fundadores, descubrirá la historia y el presagio catastrófico para el mundo robótico.
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“Indio Borrado”, Luis Felipe Lomelí, es una novela con olor a venganza y sonido de cascabel. Narra la vida nada fácil de “El Güero”, un joven de 13 años quien subsiste en uno de los sectores más duros del sur de Monterrey, en el que en cada esquina hay una pandilla, y dónde a través de la violencia él afianza su identidad y territorio.
Su experiencia de vida por varios años en la capital de Nuevo León hace que Luis Felipe Lomelí se considere “regio” y haya querido escribir con todo el coraje esta segunda novela, preguntándose: “¿por qué la ciudad que más quiero de este país se había ido por un sendero de deterioro social, económico, cultural y político?”.
Las constantes visitas a la colonia Revolución Proletaria permitieron que el autor conviviera de cerca con los miembros de la pandilla de “Los Rats” y se familiarizara con el lenguaje violento y las expresiones coloquiales que ahora plasma en el libro, en el que retrata la vida de los pandilleros inmersos en la delincuencia y las drogas, que pelean por su territorio, sin temor a la muerte.