Alistan Encuentro internacional de poesía en honor a Manuel Acuña

26 de Agosto de 2014
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México, 26 Ago. (Notimex).- A 165 años de su natalicio, que se cumplen mañana, el poeta Manuel Acuña, considerado uno de los más destacados y característicos representantes del romanticismo mexicano, es recordado con un encuentro literario y un certamen que llevan su nombre.

El reconocido autor será evocado con la segunda edición del Encuentro Internacional de Poesía “Manuel Acuña”, que se llevará a cabo del 3 al 7 de septiembre en las ciudades de Saltillo, Parras de la Fuente y Torreón, Coahuila.

El evento, que tiene como objetivo acercar la poesía a todos los jóvenes de la entidad, contará con la participación de 34 poetas de diferentes países, destaca el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

Este año, el también dramaturgo es homenajeado también con la segunda edición del Premio Internacional “Manuel Acuña” de Poesía en Lengua Española, cuyos resultados se darán a conocer el próximo 10 octubre, señala el portal “culturacoahuila.gob.mx”.

Este reconocimiento, cuya ceremonia de premiación se llevará a cabo en diciembre, se instauró el año pasado como un homenaje al ilustre poeta coahuilense, en conmemoración del 140 aniversario de su fallecimiento.

Manuel Acuña nació el 27 de agosto de 1849 en la ciudad de Saltillo, Coahuila; fue hijo de Francisco Acuña y Refugio Narro, indica su perfil biográfico publicado en el sitio electrónico del Conaculta.

Comenzó su formación en el Colegio Josefino de su ciudad natal; a los 16 años se trasladó a la Ciudad de México, donde ingresó como alumno interno al Colegio de San Ildefonso, ahí estudió Matemáticas, Latín, Francés y Filosofía.

En 1868 inició su carrera universitaria en la Escuela de Medicina; en esos años vivió en un humilde cuarto del Ex Convento de Santa Brígida y, más tarde, en el cuarto número 13 del corredor bajo del segundo patio de su escuela.

Fue en esa época que conoció a otros jóvenes escritores, como Juan de Dios Peza (1852-1910), Manuel M. Flores (1840-1885), Javier Santamaría (1886-1963) y Juan B. Garza (1852-1916).

En ese mismo año comenzó su breve pero reconocida carrera literaria; además, fundó, junto a intelectuales como Agustín F. Cuenca (1850-1884) y Gerardo Silva (1852-1895), la Sociedad Literaria Nezahualcóyotl, en el seno de la cual dio a conocer sus primeros versos.

Los trabajos de la sociedad se publicaron en la revista “El Anáhuac” (1869) y en un folletín del periódico “La Iberia”, titulado “Ensayos literarios de la Sociedad Nezahualcóyotl”, que puede considerarse una de las obras de Acuña, ya que contiene 11 de sus poemas y un artículo en prosa.

Fue colaborador de revistas y periódicos como “El Renacimiento” (1869), “El Libre Pensador” (1870), “El Federalista” (1871), “El Domingo” (1871-1873) y “El Eco de Ambos Mundos” (1872-1873).

Entre su producción literaria figuran 80 poemas amorosos, patrióticos, humorísticos, descriptivos y de circunstancias; la obra de teatro “El pasado”; tres artículos, y 12 cartas.

Destacan obras como “La Brisa”, “La Ausencia y el olvido”, “Ante un cadáver”, “Resignación”, “La vida de campo”, “A la luna”, “San Lorenzo”, “A Laura” y “Nocturno”, “Hojas secas”, “Hidalgo”, “15 de septiembre”, “Cinco de mayo” y “El Giro”.

De acuerdo con estudiosos de su obra, citados por el sitio especializado “Biografiasyvidas”, en sus poemas se advierten los destellos de su pasión y su genio poético, características que la turbulencia de sus amores y desamores.

Manuel Acuña, considerado uno de los mejores poetas del siglo XIX, se suicidó a los 24 años de edad, el 6 de diciembre de 1873, cuando apenas iniciaba una prometedora carrera.

Fue un romántico de primera época, con su significación de protesta revolucionaria sin compensaciones, sin el consuelo de la fe y sin la resignación que la madurez suele proporcionar o propiciar, señalan sus biógrafos.

La crítica especializada comenta que los prosaísmos y la superficialidad que lo aquejan son pecados de juventud: “la sencilla eficacia de su popular ‘Nocturno’ nos mueve a pensar en lo que podría haber sido el poeta en su madurez”.

El poeta y experto en la obra de Acuña, Marco Antonio Campos, señaló en una ocasión que fue tal la importancia de este escritor “que incluso los líricos de su generación lo veían como el poeta de la época y por eso siempre esperaban con ansia sus publicaciones en los periódicos y revistas”.

Agregó que “con la muerte de Manuel Acuña, emblemáticamente se dio la muerte del último gran poeta del romanticismo en México, ya que el siglo XIX fue ante todo, más que un siglo de poetas, de poemas, y Manuel Acuña es el autor de tres que fueron clave y definitivos en ese siglo”.

“Ante un cadáver”, “A Laura” y “Nocturno” son esos tres poemas considerados icónicos de su producción.

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