Fue Aníbal Arias figura clave en el desarrollo de músicos populares

02 de Octubre de 2014
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México, 2 Oct. (Notimex).- Hace cuatro años que el tango argentino y la música del mundo perdió a una de sus figuras emblemáticas, el guitarrista Aníbal Arias, cuyo talento había hecho comparsa con grandes exponentes del género como Aníbal Troilo, Libertad La Marque, Violeta Rivas y Susana Rinaldi, entre otros.

Medios de Argentina, Perú y España despidieron en sus páginas al músico, quien había aprendido a tocar la guitarra desde los cuatro años, bajo la tutela de su padre, recordándolo como un talento imprescindible de los años 60, 70 y 80 del siglo pasado.

Aníbal Arias, quien murió el 3 de octubre de 2010, tras pasar algún tiempo hospitalizado en el Sanatorio Güemes, de Buenos Aires, había nacido el 20 de julio de 1922, en Villa Devoto, en el seno de una familia musical.

Sus biógrafos recuerdan que desde muy pequeño había exhibido su gusto por la música y que tras aprender lo básico del instrumento, a los 9 años se integró al grupo Los catamarqueñitos, al lado de sus hermanos y primos.

Saltó al ámbito profesional por allá de los años 40, en una época en la que combió lo mismo repertorio de música clásica que folclórica, tango y como ladero del cantante Éngel Reco.

En una biografía publicada en ocasión de su deceso, el diario “clarin.com” reseñó que a lo largo de sus andanzas, Arias había sido parte del cuarteto A Puro Tango y de un trío con Osvaldo Tarantino y Osvaldo Risso.

También se le recuerda con los cuartetos de Enrique Alessio, Jorge Dragone, Armando Pontier, Héctor Stamponi, Luis Stazo, Eduardo Ferri, Celso Amato, Francisco Grillo, Osvaldo Piro y José Libertella.

Cuentan que entre 1969 y 1975 se integró al cuarteto de Aníbal “Pichuco” Troilo, experiencia que según los conocedores lo marcó estéticamente.

Luego fundaría la Escuela de Música Popular de Avellaneda, donde se desempeñó como titular de las cátedras de Historia del Tango y Guitarra Tango.

También fue titular de la Academia Nacional del Tango y de la Academia Argentina de Música, y para 1980 integraba la Orquesta del Tango de la Ciudad de Buenos Aires y sostenía un dúo con el bandoneonista Osvaldo “Marinero” Montes.

En la última etapa de su existencia brilló con un álbum de solista reeditado en disco compacto y que llevó por título “La guitarra romántica del tango”.

De Arias se recuerda su amor por la música pero también por el instrumento como objeto, ya que tenía una colección de ellas.

“Sobre el pucho”, “Romance de barrio”, “Del barrio de las latas”, “El baqueano” y “Corralera”, son algunos de los temas que popularizara en sus grabaciones.

En 2006 realizó un entrañable registro junto al recordado bandoneonista Antonio Príncipe, “Querido Chamamé”.

De acuerdo con una enciclopedia colaborativa en línea, “a su trayectoria como intérprete se suma una extensa actividad como docente, que en las últimas décadas alentó desde las aulas el desarrollo de una nueva generación de músicos populares; de hecho, se considera que jugó un rol clave en la transmisión de los estilos históricos a jóvenes intérpretes.

Aunque no fue un hombre de muchos premios, destacan, en 2005, el Konex-Diploma al Mérito, como uno de los cinco mejores instrumentistas de tango de la década en Argentina.

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