Autoridades reinauguran Tótem Canadiense en el Bosque de Chapultepec

24 de Octubre de 2014
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México, 24 Oct (Notimex).- Eduardo Vázquez Martín, secretario de Cultura de la Ciudad de México, externó su beneplácito al observar el Tótem que el pueblo de Canadá regaló al de México en 1960, luciendo nuevamente su magnificencia y colorido, durante la ceremonia de reinauguración de la escultura en madera.

Al acto, celebrada la víspera, asistieron Sara Hradecky, embajadora de Canadá en México, y Cuauhtémoc Cárdenas, coordinador general de Asuntos Internacionales del gobierno de la Ciudad de México, entre otros invitados.

Durante una entrevista con Notimex, en el marco de esa celebración, Vázquez Martín dijo que "la importancia de este acontecimiento radica en que tras 54 años de sufrir la intemperie y la pérdida de sus colores originales, hoy celebramos haberle devuelto su valor, calidad y acabados para verlo como una obra recién hecha".

Subrayó que "es una pieza artística del patrimonio cultural de América que dialoga con la imaginación indígena y popular de México".

Al pie del Tótem del que destacan luminosos los colores verde, blanco y rojo sobre un fondo negro, añadió que "es una pieza originaria del Norte de América que representa el fuerte vínculo de amistad e intercambio cultural que mantiene con el pueblo de esta nación".

Al dirigir la mirada hacia el Tótem canadiense, el secretario vio resaltar el gran colorido de este tipo de piezas, talladas por indígenas del noroeste de la costa canadiense, en las que se representa su historia y su linaje.

"El Tótem expresa simbólicamente la relación de los pueblos aborígenes con fuerzas misteriosas de la naturaleza", manifestó el responsable de la política cultural en la capital del país.

Celebramos, subrayó, "que la ciudad retoma este monumento para los miles de visitantes que cada día recibe el Bosque de Chapultepec, niños, jóvenes y adultos. Recobramos una pieza patrimonial que si bien nació en la imaginación y la cultura canadiense, es parte de nuestro patrimonio cultural".

Recordó que para darle nueva vida a tan importante símbolo de amistad y cultura binacional, localizado en la parte sur-poniente del Bosque, se contó con la experiencia de un asesor canadiense, quien trabajó con varios expertos mexicanos.

Tallado en cedro rojo, las figuras del Tótem representan seres de la mitología indígena, como el águila, el halcón, la ballena y el castor, y fue donado por el pueblo canadiense con motivo del 150 aniversario de la Independencia de México, celebrada en 1810; el origen de los postes totémicos se remonta a muchos siglos antes del descubrimiento de Canadá.

La restauración requirió un mes de trabajo sobre la pieza, pero previamente se investigó sobre el modelo original, sus planos y bocetos, para poder devolverle la originalidad, dijo a Notimex, por su parte, la experta Carmen Tostado, coordinadora de Patrimonio de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.

Explicó que la pieza de 12 metros de altura fue intervenida durante cuatro semanas en un trabajo coordinado con la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi). Así, el maestro restaurador canadiense Andrew Todd, el artista mexicano de alebrijes, Yony Reyes y Thomas Warmiss, miembro de la tribu canadiense Kwakiutl, trabajaron juntos.

"La pieza quedó como era en 1960 para conmemorar 150 años de la Independencia. Se reparó para celebrar los 70 años de relaciones diplomáticas entre ambas naciones. La restauración obedece a una petición formal de Canadá, y los tres artistas curaron la pieza, símbolo de la relación de pueblos aborígenes con fuerzas misteriosas de la naturaleza".

Durante semanas, los especialistas que intervinieron el Tótem se dedicaron a remover la pintura para reencontrar los colores originales, quitar animales que habían anidado en el tronco, y repararla poniéndole líquidos que la salvaguarden de plagas y deterioro. Luego la restauración, el grupo se enfocó en volver a pintar la pieza que hoy es un monumento entrañable.}

Para evitar riesgos de traslado, todo el trabajo se realizó a un costado del sitio donde lleva 54 años, habilitando una carpa para proteger el Tótem de la lluvia y el sol, durante toda la intervención.

Además de la rehabilitación de la pieza, se diseñó un soporte especial para colocarla, que descansa sobre una base de concreto que no daña la estructura del cedro.

Una vez concluida la restauración, la pieza fue colocada nuevamente en su sitio original, donde puede ser admirada por los visitantes.

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