A Gustavo Lara no le interesa ser una celebridad, sólo quiere cantar

27 de Agosto de 2014
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México, 27 Ago. (Notimex).- A mediados de la década de los 90, con tres producciones discográficas, el cantautor mexicano Gustavo Lara alcanzó los más altos niveles de popularidad, pero al inicio del 2000, vino su declive.

Tras varios años de ausencia, el intérprete de éxitos como “Princesa”, “Aliento con aliento” y “A la sombra de los ángeles”, entre otros, vuelve a los escenarios, pero no con el anhelo de recuperar grandes glorias, sino de hacer lo que más le gusta.

“Lo que pasó ya pasó y fue una época increíble. No me interesa ser una celebridad más porque francamente no le veo sentido. Hoy soy un hombre con una hija, una persona sumamente feliz con lo que hago y sólo quiero proyectar mi música hacia lugares donde alguna vez sonó”, platicó a Notimex.

En el año 2000 lanzó el disco “GL” que no logró la aceptación del público. Se trataba de su primer trabajo con Sony Music luego de producir tres discos con BMG Ariola.

“Me fui de la disquera cuando vi que ya no estaban apostando tanto por mí y porque se me acercó un director artístico al que admiraba.

Me decía que mi carrera sería igual a la de Ricky Martin; sin embargo, a los tres meses de haber firmado, lo mandaron a Miami y me quedé con un equipo de trabajo débil que no creía en mí”.

A partir de ese momento, dijo, su disco “GL” se quedó guardado por dos años y aunque lo lanzaron a la venta, “básicamente lo enterraron y no era malo, lo produjeron Jorge Avendaño y Alejandro Cepeda”.

Pese a que fue una experiencia amarga, el veracruzano asegura que de no haber vivido todo eso, hoy no sería el artista que se considera, “pues no escribiría como lo hago y tampoco tendría la humildad que en algún tiempo perdí”.

Gustavo Lara fue lanzado en 1996 por Raúl Velasco en el desaparecido programa “Siempre en domingo”. En aquel entonces, Ernesto D’Alessio, Lynda y Charlie, el ex Magneto, también eran otras promesas.

De ese grupo, y con 25 años de edad, fue el único que sobresalió, pero el éxito se le salió de control y perdió el piso.

“Siempre he pensado que nadie está preparado para la fama, y que ésta vuelve loco a un arquitecto, a un doctor, político o cantante y así me pasó. Todo el día me decían que cantaba bien, incluso mejor que Luis Miguel, que además era hermosísimo; sin embargo, nunca lo supe manejar y eso que tenía a mi familia cerca.

“Perdí el piso y obviamente fue un golpe muy fuerte, sobre todo cuando cambié de compañía disquera y después con el nacimiento de mi hija Cali en 2002, pues ya no era Gustavo Lara sino el papá de ella”.

Al principio fue como si hubiese llegado un huracán a su vida. “Ya no estaba vigente, ya no era un artista de moda”. Aunado a esto, padeció problemas con el alcohol.

“Siempre he sido bien fiestero y aunque no caí en las drogas, sí tomaba de todo, hasta que un día mi manager de aquel entonces, me invitó a una cena y llegado pedí un whisky. La respuesta fue: ‘no hay’.

“Después entró José José y me empezó a compartir su experiencia con el alcohol. Me sentí como si estuviera en un programa americano, pues ellos creían que yo era alcohólico y no, me gustaba beber y ya, pero no a ese grado. También era muy enamorado y sufría con los desamores, pero tenía tanto trabajo que no me podía caer”.

Con mayor madurez y los pies firmes sobre la tierra, el cantante vuelve para dar a conocer su más reciente disco “No vuelvas a pararte frente a mí”, producido por él durante dos años y con la propuesta de 10 temas.

“Ya no puedo hacer lo mismo de antes y tampoco inventarme un personaje, más bien, tenía que mostrar mi evolución. Por eso me acerqué a productores jóvenes para hacerlo. Me decían que la transición debía ser poco a poco y que encontraríamos un sonido más derecho, regresando un poco a mis raíces e influencias musicales”, explicó.

El resultado, dice, fue un disco espectacular y novedoso, pues por primera vez apuesta por ritmos como la salsa con una nueva versión de su éxito “Princesa”.

“José Ramón Florez, el autor, me decía: “¿cómo va a quedar eso? Y yo le respondí: ‘tú confía y el resultado me encantó, es una parte mía que la he llevado siempre, pues aunque me he mostrado fresa con la balada y el pop, la salsa vive en mí porque soy veracruzano y es una forma de vida.

“Mi papá es un hombre al que le gustaba mucho la salsa y aunque tengo influencias como José José, José Feliciano y Emmanuel, también me fascina Héctor Lavoe, Rubén Blades y Cheo Feliciano. En el tema ‘Escalera al corazón’ incluí jarana y arpa, instrumentos típicos veracruzanos con grandes músicos, lo cual fue riquísimo”.

Los días 18 y 19 de septiembre, Gustavo Lara abrirá los conciertos de Francisco Céspedes en el Lunario del Auditorio Nacional para dar a conocer parte de su nuevo disco.

Después cantará con Fabulosos 90s en un centro de espectáculos en Polanco y en octubre estará en Puebla.

“Todo el mundo me ha dicho que estoy loco, que para qué regresar a un medio que está prácticamente destruido y en el que no hay vigencia, pero aquí estoy intentándolo de nuevo, con la confianza de que aún hay gente que me recuerda y me compra.

“Hoy me pongo las pilas y me cuido más para verme bien. Voy a cantar hasta que la gente me lo permita”, concluyó.

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