La historia quedó reducida a una mínima parte, asegura Florescano

22 de Agosto de 2014
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PRESENTACIÓN DE LIBRO, ENRIQUE FLORESCANO
PRESENTACIÓN DE LIBRO, ENRIQUE FLORESCANO
Santiago, 22 Ago. (Notimex).- El historiador mexicano Enrique Florescano aseveró hoy que la historia, como conocimiento, quedó reducida a una “mínima parte” y criticó la eliminación de los planes de estudio del civismo y la ética.

En la presentación de su libro “La función social de la historia”, en el Instituto de Historia de la Universidad Católica de Chile, Florescano refirió que al decir que la historia quedó reducida se refiere a que “perdemos lo mejor de la historia de la antropología, que es el enseñarnos la diversidad del ser humano y de su creatividad en su desarrollo social”.

Ante decenas de estudiantes de la casa de estudios, el maestro por el Colegio de México precisó que “este fenómeno viene desde hace lejos y que empezó con la reducción de los presupuestos de las asignaturas en ciencias sociales y el predominio de las tecnologías y las ciencias”.

Comentó que “la enseñanza de la historia en México ha tenido una quiebra grande porque antiguamente se enseñaba la historia de México, la historia universal, desde el tercero, cuarto y quinto año de primaria”.

Florescano puntualizó que “en un tiempo se quitó (la historia) y se explicó a través de las ciencias sociales, pero ahora en el libro de texto, que es libro básico y obligatorio para los niños mexicanos, se eliminó de la enseñanza del civismo y la ética”.

El historiador mexicano, quien realiza una breve visita a Chile, criticó esta decisión porque, a su juicio, “sin la ética y el civismo no podemos enseñar realmente lo fundamental del desarrollo humano”.

Sobre la labor del historiador, dijo que ésta debe consistir en “volver a hacer legible y claro su lenguaje para comunicarlo a los demás, porque los demás pueden no tener el tiempo de reflexionar sobre el pasado pero sí para leerlo en algunas páginas o un libro”.

Señaló que la propuesta de su libro “La función social de la historia” es que “los historiadores recuperemos otra vez el sentido de compartir, de trabajar por el pasado para conocernos mejor y conocer mejor a nuestros antepasados”.

Por otro lado, el embajador de México en Chile, Otto Granados, comentó que uno de los grandes aportes de Florescano es “su pretensión de cambiar la forma de trabajar la historia para hacer de ésta no una obsesión de laboratorio ni solo un instrumento de interpretación”.

El diplomático planteó que, a juicio del historiador mexicano, la historia se debe trabajar como “un recurso social y político de discusión y debate, lo mismo para desacralizar el pasado que para explorar e incluso adivinar el futuro deseable”.

Respecto al libro de Florescano, mencionó que “no es sólo un verdadero despliegue de erudición, de rigor académico e intelectual, sino que es un profundo alegato sobre la función social de la historia”.

En su oportunidad, el director del Instituto de Historia de la Universidad Católica de Chile, Fernando Purcell, aseveró que el libro del historiador mexicano “es una obra bella”, porque recuerda que “el oficio del historiador está lejos de ser solitario”.

“Enrique Florescano no sólo dialoga con los muertos, sino con cientos de autores que ha leído y a quienes invita a conversar con él de una forma bella”, consignó el académico chileno.

Finalmente, dijo: “Comparto en líneas generales el sentido profundo de su libro. Y lo comparto además no desde la lejanía de los problemas descritos por el libro, sino desde una praxis histórica personal enmarcada dentro del enclaustramiento academicista descrito en el libro”.

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