La cleptocracia de Fernando Collor de Mello

23 de Octubre de 2014
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Brasilia, 23 Oct (Notimex).- A finales de 1989, Brasil tuvo su primera elección presidencial por voto directo en casi tres décadas y, tres años después, por primera vez en la historia nacional, un mandatario fue apartado de su cargo democráticamente, sin cuartelazos ni reformas constitucionales.

El protagonista de ese infortunio fue Fernando Collor de Mello –nacido en Río de Janeiro el 12 de agosto de 1949, descendiente de familias con tradición política originarias de los estados de Río Grande do Sul y Alagoas-, quien había realizado estudios de Periodismo y Economía en la Universidad de Brasilia entre 1968 y 1972.

Asumió entonces la dirección del periódico de su familia, de donde dio el paso a la política en 1979 como alcalde de Maceió, la capital de Alagoas, uno de los estados más pequeños y pobres del país.

Tres años después fue electo diputado federal por el Partido Democrático Social (PDS), heredero de la antigua Alianza Renovadora Nacional (Arena) creada por el régimen militar golpista de 1964.

Ganó la elección para gobernar esa provincia del noreste por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) en 1986, gestión en que alcanzó popularidad nacional como "cazador de marajás", debido a su combate a la corrupción de funcionarios públicos que recibían prestaciones y salarios millonarios.

Con un discurso mediático, apariencia de actor de telenovelas y presumir ser el más joven candidato a la presidencia que haya conocido Brasil, el Partido de Reconstrucción Nacional (PRN) lo postuló para derrotar a Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), en la segunda vuelta de esos comicios directos, el 29 de noviembre de 1989.

De inmediato adoptó medidas económicas drásticas e impopulares, como el bloqueo de las cuentas bancarias, a recomendación de su ministra de Economía, Zélia Cardoso de Mello, llamada la “Dama de Hierro” de Brasil.

Ella fue la “eminencia gris” de un gobierno caracterizado por escándalos de corrupción política, nepotismo, sobornos y conflictos de interés, encubiertos por esa administración que aplicó el desmantelamiento, privatización y desnacionalización de numerosas empresas estatales.

Las denuncias tomaron fuerza a partir del 26 de mayo de 1992, cuando Pedro Collor, hermano menor del presidente, reveló al reportero Luis Costa Pinto, del semanario “Veja”, la existencia del llamado "Esquema PC" de tráfico de influencias y graves irregularidades financieras.

El responsable de organizarlo fue el ex tesorero de la campaña presidencial, Paulo César Farías, requerido por una Comisión Parlamentaria Investigadora que, el 29 de septiembre de ese año, autorizó la apertura de un juicio procesal contra Collor de Mello, quien lo perdió por 441 votos de los 479 legisladores del Congreso.

La gravedad de los cargos -probados suficientemente en medio de una seria situación que desbordó fronteras-, llevó a que Fernando Collor fuera separado temporalmente de la presidencia el 2 de octubre de 1992, como conclusión del “impeachment” originado en la Cámara de Diputados.

Renunció definitivamente al cargo el 29 de diciembre -horas antes de ser condenado por el Senado por delitos de responsabilidad-, además de serle suspendidos sus derechos políticos y la inmunidad presidencial.

Inhabilitado de sus funciones, que incluyeron ser inelegible para cualquier cargo por ocho años, su lugar lo ocupó el vicepresidente, Itamar Franco; pero sin que Collor, agotado el plazo, desistiera de continuar su carrera política, al intentar competir por la alcaldía de São Paulo en las elecciones de 2000.

La posibilidad le fue vetada por el Tribunal Superior Electoral, apeló y disputó en 2002 la gubernatura de Alagoas; pero fue derrotado por Ronaldo Lessa, candidato del Partido Socialista Brasileño (PSB), y optar por residir en Miami, Florida.

Casado en terceras nupcias con Carolina Medeiros –antes lo estuvo con Lilibeth Monteiro de Carvalho y Rosseane Malta-, retornó a Brasil para reingresar a la actividad política nacional y ganar un escaño como senador por ese estado.

Con antigua popularidad recobrada al menos en Alagoas, Fernando Collor de Mello conquistó así un mandato por ocho años, y presidir, a partir del 4 de marzo de 2009, la Comisión de Infraestructura del Senado de la República Federativa de Brasil.

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