Dejan de hablar lengua indígena en BC para evitar discriminación

20 de Marzo de 2013
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Tijuana, 20 Mar. (Notimex).- Aunque hay avances para evitar la discriminación a integrantes de los grupos étnicos, el fenómeno aún se presenta en la entidad y uno de los signos para descubrirlo es el olvido de la lengua por motivos laborales.

El jefe de la Unidad Regional Tijuana de Culturas Populares, Armando Estrada Lázaro, aseguró que ser indígena es sinónimo de ser pobre "y nadie quiere ser pobre, puedes sentir el tono despectivo de algunos jóvenes hacia estos grupos".

Refirió que aún se siente el desprecio por parte de algunas personas hacia quienes salen de sus comunidades en busca de mejores expectativas, algunas de las cuales lamentablemente viven de la caridad pública.

"Te topas en la línea fronteriza a personas de Oaxaca o Chiapas, y cuando se nos acercan sacamos de nuestros bolsillos la moneda más pequeña y se las damos, para luego hacerlos a un lado y proseguir nuestro camino", indicó.

Refirió que, en ocasiones, las personas manejan un doble discurso, "por un lado, si se es indígena en el área laboral, se le quiere pagar menos; por el otro, tiene que ver con el sentido que se pretende percibir de nuestras raíces y orgullo indígena".

"Tratamos de que los indígenas que nos buscan sean aquellos que se parezcan a nuestros deseos, a lo que queremos que sean nuestras raíces, aquellos que parezcan de museo, que se vean bonitos y que nos sintamos orgullosos de ellos", expuso.

En el caso de Baja California, la discriminación se percibe con respecto a la lengua indígena, "muchos prefieren no hablar su lengua, es preferible aprender a hablar español o inglés, porque eso significa acceder al mercado laboral".

Expresarse en español por ejemplo, les permite desenvolverse con soltura en las ciudades como Mexicali, Tijuana o Ensenada, y ante ello los jóvenes indígenas que emigran de sus comunidades prefieren desligarse de la lengua de sus ancestros.

Por un lado, persiste el problema de quienes se quedan en sus comunidades y que ocupan de la valoración y el respeto de las personas, y por otro, los que salen de sus comunidades ante la falta de espacios laborales o de infraestructura suficiente.

"Luego entonces, es como se da la pérdida de las tradiciones, de la cultura de esas etnias, de sus costumbres y de la emigración constante hacia los asentamientos urbanos para buscar espacios laborales que a veces no encuentran", manifestó.

Refirió que en el caso de la tribu de los kiliwas, sólo son pocos pobladores quienes habitan en ese asentamiento en el valle de Ensenada, y sólo cinco personas hablan actualmente la lengua, el resto ya se ha integrado a la cabecera municipal.

"El idioma es significativo para cierta gente, pero no tanto porque el español, por ejemplo, sea más importante en términos lingüísticos, sino porque es el rasgo comunicativo para efectos laborales", agregó.

Sin embargo, con la desintegración paulatina de esta lengua, desaparece un rasgo patrimonial muy importante de Baja California, un rostro que necesita de la valoración de su cultura, de su tradición y del respeto, destacó.

Detalló que se ha realizado un acuerdo de colaboración interinstitucional entre los organismos involucrados en la cultura popular, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), universidades y los gobiernos.

En primer lugar, se planteó que cualquier esfuerzo o iniciativa en beneficio de las comunidades yumanas, sea en grupo y no aislados, que sean los propios integrantes de las comunidades los que decidan sus derroteros.

Por otra parte, que las instituciones tengan como misión incentivar para fortalecer los lazos comunitarios, sus respectivas lenguas y la diversidad étnica, mejores espacios de expresión y una verdadera valoración de su cultura.

Al respecto, aseguró que ya existe un marco normativo, un acuerdo notariado protocolizado e institucional, entre los organismos de la sociedad civil y de los gobiernos para atender el fenómeno de la desintegración y la segregación étnica.