Analizan en UNAM con haces de protones cobres dorados de Chichén Itzá

23 de Abril de 2014
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México 23 Abr. (Notimex).- Análisis realizados por José Luis Ruvalcaba, investigador del Instituto de Física (IF) de la UNAM, en más de 100 piezas encontradas en el cenote de Chichén Itzá muestran que en Mesoamérica existieron diversas técnicas de dorado de metales que permitían darles la apariencia de ser sólo de oro.

En las figuras examinadas, entre ellas cascabeles, cuentas, cilindros, aros, cuencos, puntas de flecha, máscaras y láminas, se observó que aunque mucho de lo que brillaba en esas piezas precolombinas era metal áureo, no contenían tanto como el que hubieran deseado encontrar los conquistadores españoles en el Nuevo Mundo.

En un comunicado, la UNAM informó que en particular, algunas de ellas tienen una capa de dorado delgada.

Indicó que sus partes menos erosionadas se ven restos que revelan una tecnología muy eficiente para producirlas con una cantidad mínima de oro y una resistencia a los ácidos y al contexto submarino (como el de los cenotes), los cuales causan graves problemas de corrosión en objetos metálicos.

“No son de oro, sino cobres dorados”, subrayó Ruvalcaba, quien con base en sus estudios tecnológicos ha establecido nuevas interpretaciones.

El especialista precisó que las piezas estudiadas pertenecen al Museo Peabody, de la Universidad de Harvard; al Museo Nacional de Antropología, en México; y al Museo Palacio Cantón, en Mérida, Yucatán.

Agregó que a pesar de que desde la década de los 50 del siglo XX ya se hablaba de la posibilidad de que en las vitrinas de los museos Peabody y Nacional de Antropología hubiera cobres dorados, esos reportes pasaron inadvertidos por muchas razones.

Una fue que no parecían piezas doradas y, en cambio, se veían y pasaban como de cobre por el proceso de deterioro, expresó.

Hoy en día gracias a los estudios realizados con dispositivos y equipos desarrollados por él y sus colaboradores se ha obtenido información más clara no sólo de qué aleaciones contienen, sino también de cómo se fabricaron.

“Con haces de protones y iones de helio, por ejemplo, además de tener información de los elementos químicos (cobre, estaño, arsénico y plomo, forman el soporte de la pieza; oro y plata, el recubrimiento dorado), se puede observar qué cantidad hay en la superficie”, refirió el estudioso.

La Universidad dio a conocer que en esta tarea también colaboran académicos del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, de la Universidad de California en Berkeley y de la Escuela de Conservación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

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