Julio Cortázar es el “gran inconformista” que anima a cambiar al mundo

23 de Agosto de 2014
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México, 23 Ago. (Notimex).- El especialista en la vida y obra, legado y trascendencia del escritor Julio Cortázar, Daniel González Dueñas (Ciudad de México, 1958), tiene sobre ese literato nacido hace 100 años la imagen de un amigo, un cómplice, “porque fue un autor que no se planteó como alguien superior, sino como compañero de grandes búsquedas”.

Por su fraternidad y carácter entrañable, Julio Cortázar ayuda a los lectores a comprender “lo que hemos estado buscando siempre y no sabíamos exactamente qué era, por no tener las palabras exactas para ubicar qué es lo que estamos buscando. Cortázar es un autor que busca con uno como lector, no es el autor que pretende tener la verdad para pregonarla”.

Durante una entrevista con Notimex, González, quien imparte cátedra en la Casa de las Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró -con todo convencimiento- que “Julio Cortázar está en el cariño y en la memoria de mucha gente; se dio a querer enormemente y por eso tiene muchos amigos”, subrayó.

Recordó que durante las visitas de Cortázar a México, él asistió a conocerlo, a verlo de cerca. “Tímidamente me acerqué en alguna ocasión, gracias a un amigo en común y hasta conversamos un poco. Él era hombre de muchos amigos con los que convivió, pero también lo es de las generaciones subsecuentes que lo han leído y tienen por camarada”.

Para el entrevistado, uno de los más respetados profesores del recinto universitario, Julio Cortázar es el “gran inconformista”, y en eso, sostuvo, “se hermana con mucha gente que siente que el mundo no necesariamente es algo que debemos aceptar, sino que podemos, y debemos, cuestionarlo y consecuentemente transformarlo”, acotó.

A la distancia, Julio Cortázar (Ixelles, Bélgica, 26 de agosto de 1914-paris, Francia, 12 de febrero de 1984) es visto por González Dueñas como compañero de caminatas, búsquedas e inconformismos. “Evidentemente, el mundo ha cambiado desde el momento en que él se manifestó, claramente, con una ideología de izquierda, preocupada por la justicia social”.

Enseguida, el profesor abundó que “la izquierda que existió en ese momento, y recordemos que él siempre se ubicó ‘sobre el rojo y a la izquierda’, ya desapareció. Ahora hay una derecha moderada y una derecha extrema, por lo que entendemos que la moderada es la izquierda, aunque evidentemente no lo es”, dijo.

Al hablar sobre el Cortázar escritor y traductor, Daniel González dejó ver que en su gusto personal, tiene tres obras maestras: “Rayuela”, “El perseguidor” y su traducción de la novela “Memorias de Adriano” (En “Mémoires d'Hadrien”), de la autora francesa nacida en Bélgica, nacionalizada también estadounidense, Marguerite Yourcenar (1903-1987).

“Esa traducción, en mi humilde opinión, él la hizo suya de una manera tal, que realmente rivaliza con el espléndido original francés, una de las más grandes traducciones que se han hecho para nuestro idioma. Independientemente de eso, tradujo a todo Edgar Allan Poe, y de hecho, no hay traducción mala hecha por Cortázar; fue un maestro en eso”.

Por todo lo anterior, el entrevistado sostiene que la obra de Cortázar es vigente por su característica primordial que es el inconformismo y la llamada que hace a la toma de conciencia, libertad e imaginación.

“Hablamos de imaginar, pero hoy hemos perdido mucho de su significado y sólo usamos un porcentaje muy pequeño del arte de imaginar”, expuso.

De acuerdo con el maestro universitario, son los autores como Julio Cortázar quienes nos ayudan a recuperar ese porcentaje perdido y a enfrentar el mundo de una manera más consciente, comprometida, lúcida y más lúdica y más viva. Consecuentemente, “en este momento hay un reconocimiento real a Cortázar, pero ignoro si es justo”, subrayó luego.

Hay algo muy curioso que pasa con el autor centenario y así lo explicó el entrevistado: “Todo mundo tiene uno, varios, muchos o todos los libros que escribió Julio Cortázar, pero casi nadie los ha leído. Incluso si pensamos en ‘Rayuela’, es un libro que todo mundo tiene pero realmente la experiencia de esa obra la han vivido muy pocos lectores”.

Otros libros suyos como “Prosa del observatorio” (1972) o “Salvo el crepúsculo” (1984), añadió el especialista, todo mundo los tiene pero en el librero.

Por alguna extraña razón se piensa, y de eso no se puede culpar a quien así lo piensa, que es un autor a quien se quiere tanto, que no es tan necesario leerlo; con tenerlo ahí, en un libro, ya es bastante”.

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