Guerra de Independencia en NL se apoyó ante desatención virreinal

14 de Septiembre de 2014
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Monterrey, 14 Sep 14 (Notimex).- La guerra de Independencia en Nuevo León, aunque fugaz, sólo ocho semanas, fue importante para la insurrección de las llamadas “Provincias Internas de Oriente” de la entonces Nueva España, cuyo virreinato les brindaba nula atención, afirmó el historiador, Octavio Herrera Pérez.

“Como sucedió en gran parte de la Nueva España, el movimiento de Dolores iniciado por el padre Miguel Hidalgo y Costilla también impactó en forma directa al Nuevo Reino de León, lo que es actualmente el estado de Nuevo León, señaló en entrevista con Notimex el doctor en Historia por el Colegio de México.

“Era entonces una más de las Provincias Internas de Oriente, un territorio periférico y marginal del virreinato novohispano, que para inicios del siglo XIX ya experimentaba las amenazas de las incursiones violentas de los indios de las praderas de Norteamérica y de las ambiciones expansionistas de los Estados Unidos”, expuso.

Por tanto, refirió, “la corona española exigió hasta el extremo la defensa de este territorio, involucrando todos los esfuerzos de los pobladores de la región, pero sin compensar con alicientes económicos a sus habitantes y, en cambio militarizar su vida cotidiana”.

“Fue en ese momento crítico cuando se resintió súbita y entusiastamente el impacto de la insurgencia, propalada hábilmente por uno de sus principales estrategas: el mariscal Mariano Jiménez”, citó el también colaborador del Museo del Noreste de la capital regiomontana.

El movimiento de insurrección “corrió como reguero de pólvora, todas las Provincias de Oriente se hicieron insurgentes en un mes, eso ocurrió en el Nuevo Santander (Tamaulipas), el Nuevo Reino de León, en Texas y en Coahuila”, comentó.

Pronto, agregó, “estas ideas motivaron a las tropas milicianas nuevoleonesas a integrarse al movimiento, lo que decidió al propio gobernador del Nuevo Reino de León, Manuel de Santa María, a integrarse al bando insurgente, siendo el más alto funcionario realista que se sumara a la causa de la independencia”.

“También se unió a él el capitán Juan Ignacio Ramón, que era el jefe de las milicias del Nuevo Reino de León y que se involucraron en el proceso insurgente de Dolores y pagaron las consecuencias, porque ambos fueron ejecutados, especialmente el gobernador”, expuso.

“Jiménez fue recibido con gran algarabía y reconocimiento en Monterrey, sin embargo, muy pronto se supo del descalabro insurgente en el Puente de Calderón y de la retirada de los caudillos de Dolores hacia el norte”, prosiguió.

“Poco más tarde, el 21 de marzo de 1811, ocurrió su aprehensión en la Acatita de Baján, Coahuila, a 130 kilómetros al noroeste de Monterrey, después vendrían otras etapas de la insurgencia, hasta que finalmente se consumó la independencia en el Nuevo Reino de León en 1821”, apuntó.

Todo ello, “con el reconocimiento del Plan de Iguala y por tanto la caída del poderoso comandante de las Provincias Internas de Oriente, Joaquín de Arredondo, cuyo cuartel general se situaba en Monterrey”, mencionó el historiador por El Colegio de México.

En el caso de Fray Servando Teresa de Mier, nacido en Nuevo León, “sí podemos decir que fue un personaje notable en la Guerra de Independencia o en las ideas de la Independencia de México, -pero- con una situación, él no operó en el Nuevo Reino de León”, aclaró Herrera Pérez.

Desde joven se fue a la Ciudad de México, “sujeto a un exilio, por su famoso discurso en la colegiata de Guadalupe, en donde cuestionaba la presencia de Santo Tomás y la legitimidad de la conquista”.

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