Hormona “ilegal” podría proteger el cerebro de bebés muy prematuros

27 de Agosto de 2014
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Chicago, 27 Ago (Notimex).- La hormona eritropoyetina (EPO), utilizada de manera ilegal por los atletas para mejorar su rendimiento, podría prevenir daños cerebrales en bebés muy prematuros si es administrada después de nacer, de acuerdo con una nueva investigación.

El estudio, realizado por científicos en el Hospital Universitario de Ginebra y publicado en la revista Journal of the American Medical Association, encontró por primera vez un efecto beneficioso de esa hormona sintética en el cerebro de bebés prematuros.

Los investigadores suizos analizaron a casi 500 niños que nacieron prematuramente, entre las 26 y 31 semanas de gestación, en Suiza y que tienen alto riesgo de sufrir un daño cerebral que provoque retraso del desarrollo neurológico.

La eritropoyetina es una hormona sintética que estimula la producción de células rojas de la sangre, por lo que es utilizada en algunos bebés prematuros para tratar -por ejemplo- la anemia, en la cual hay menos glóbulos rojos de lo normal.

También la EPO se puede administrar en los casos en que los bebés prematuros requieren transfusiones de sangre.

Los científicos realizaron escáneres cerebrales a los bebés prematuros en estudio y encontraron que aquellos pequeños que reciben dosis de la hormona en cuestión presentan menor riesgo de lesión cerebral.

Según los resultados, los bebés a quienes se les administra EPO tienen menores tasas de daño tanto en la materia blanca del cerebro (22 por ciento frente a 36 por ciento de los que no reciben tratamiento) como en la materia gris (7 por ciento contra 19 por ciento).

La eritropoyetina es muy conocida por sonados casos de dopaje entre ciclistas, sin embargo “encontramos que el cerebro de los niños que reciben tratamiento con EPO tienen mucho menor daño”, indicó la doctora Russia Ha-Vinh Leuchter, co-autora del estudio.

“Esta es la primera vez que se demuestra un efecto beneficioso de la hormona a nivel cerebral en bebés muy prematuros”, destacó.

Los investigadores piden ensayos clínicos más amplios de la EPO para comprobar si puede ayudar a proteger el cerebro de los pequeños prematuros en las semanas críticas después del nacimiento.

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que casi 400 mil niños nacen cada año en Europa antes de la semana 32 de gestación, y otros 2.6 millones más en todo el mundo.

Estos pequeños son susceptibles a daño cerebral que podría tener consecuencias a largo plazo en su desarrollo neurológico, como problemas motores, cognitivos y de atención, así como dificultades de aprendizaje.

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