En Jalisco investigan afectación en función cerebral por Alzheimer

22 de Septiembre de 2014
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Guadalajara, 22 Sep. (Notimex).- El investigador Ignacio González Burgos indicó que en el IMSS en Jalisco llevan a cabo investigaciones sobre afectación de funciones cerebrales en pacientes con la enfermedad de Alzheimer.

Agregó que mantenerse activo no sólo desde el punto de vista intelectual, mediante, por ejemplo, el aprendizaje o la lectura, sino también desde el ámbito afectivo, tiene un efecto benéfico en la salud mental de las personas de la tercera edad.

El titular de la División de Neurociencias en el Centro de Investigación Biomédica de Occidente (CIBO) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco añadió que en el terreno de las demencias seniles no existe una causa única.

“No todo es genético ni ambiental, de ahí que no pueda hablarse de prevención en este sentido, sin embargo, aspectos tan básicos como buscar el bienestar en la medida de lo posible, tiene influencia muy positiva en éste y otros aspectos”, afirmó.

Expresó que en la actualidad, en la división a su cargo, se investiga el mecanismo por el cual ciertas funciones cerebrales involucradas en el aprendizaje y la memoria, resultan afectadas y se expresan mediante demencia, siendo la más conocida, la enfermedad de Alzheimer.

Detalló que la línea de investigación sobre la que trabaja se focaliza en los “trastornos bio-energéticos de la actividad cerebral de las regiones involucradas en el Alzheimer y se sabe que hay trastornos de la oxidación en los procesos de neutralización de los radicales libres, los cuales generan la muerte celular, característica de la afección”.

Indicó que existen otro tipo de factores que desencadenan demencia y tienen que ver con la “conectividad sináptica de las neuronas o células cerebrales, pero también, hay alteraciones de la transmisión de la información de las cosas aprendidas y las cosas a ser recordadas y es en esto último donde se enfoca con mayor énfasis la investigación”.

Precisó que producto de esta investigación se ha encontrado que una proteína, el beta amiloide, se asocia de manera importante con la perturbación de la transmisión de la información, “se ha identificado como un rasgo característico desde el punto de vista histopatológico de la enfermedad de Alzheimer”.

Señaló que el beta amiloide también se puede encontrar en condiciones ajenas a Alzheimer, “de tal forma que los abordajes de las décadas pasadas sobre el beta amiloide han resultado un tanto escurridizos porque resulta que no es una variable exclusiva de esta demencia”.

Manifestó que si bien no hay todavía nada contundente en torno al Alzheimer, resulta “fundamental caracterizar la actividad funcional del cerebro, porque a partir de ello podremos comprender mejor cómo es que funciona mal”.

Afirmó que las características de la demencia por Alzheimer, que tiende a la cronicidad y al deterioro progresivo, “hacen de su abordaje un aspecto por demás complejo que para fines prácticos es eminentemente paliativo, a la fecha no hay cura para esta enfermedad”.

Explicó que una vida saludable, desde la alimentación, que sea lo más natural posible, sin conservadores ni edulcorantes, hasta buscar actividad intelectiva mediante el aprendizaje de cosas nuevas y procurar la integración familiar y la socialización, pueden ser mecanismos que aminoren el riesgo a desarrollar este tipo de afecciones cerebrales.

Mencionó que si bien, “contra el factor genético no es mucho lo que puede hacerse, es importante que la gente en general tome conciencia de la importancia de buscar atención médica de tipo preventivo”.

“Es decir, antes de que la enfermedad se exprese porque en el caso del Alzheimer como de otras afecciones crónicas, a más temprano el abordaje, se pueden retardar efectos adversos y mejorar así la calidad de vida de la persona”, concluyó.

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